Último día de crónicas, últimos pases, últimas sesiones, últimos pintxos, últimos cafés,… y noche, esta que llega, para hacer balance y quinielas.
Antes de las quinielas, los últimos coletazos en forma de la última cinta a concurso y una nueva propuesta de la Sección Zabaltegi.
La danesa DAISY DIAMOND de Simon Staho ha sido la última cinta en aterrizar, y que pena que no lo hubiese hecho antes por de esa forma se hubiera conseguido crear un poco de polémica y de debate, ante la que a mi entender, es la película que más pie da al revuelo.
Desde su temática, pasando por sus imágenes explícitas, o el trabajo de su intérprete principal, los cameos protagonizados por algunos de los actores y actrices más famosos que provienen de esas latitudes, los mensajes que desea transmitir su director, hasta un hecho en concreto que mejor no os cuento, y un largo etc… daba juego, desde luego.
Daisy Diamond es un descenso a los infiernos, aunque su cartel y la publicidad de la película no lo den a entender, un descenso hacia lo más bajo que un ser humano pueda caer, una caída en picado que el director trata de justificar con la relación amor/odio que la protagonista mantiene con su bebé recién nacida.
¡Aviso! Hay que prepararse para asistir a dos películas, una primera parte en la que muchos de los asistentes podrían decidir alejarse de la sala ya que los llantos de la hija recién nacida son constantes, exagerados y llevados al extremo de poder crear locura colectiva entre los espectadores (si alguien está pensando en tener un hijo próximamente o lo va a tener, mejor no se acerquen), y una segunda parte en donde es la madre y sus acciones y decisiones la que se apoderan de la historia, de una historia que toma el aspecto de una dramática autodestrucción.
La chica quiere ser actriz, y lo quiere ser a toda costa, pero ¿es loable todo lo que acabará haciendo por conseguir ese sueño?, ¿tan mala es la situación personal de la protagonista como para que su vida se convierta en un infierno moral y físico?.
Una de las cosas que me ha encantado, por encima de cualquier otra, ha sido esa incursión en eso que los cineastas denominan “el cine dentro del cine”, con la peculiaridad de que la chica protagonista protagoniza no sólo su vida más íntima frente a nosotros sino igualmente frente a los castings en los que participa para encontrar trabajo. Sincronizadamente asistimos a lecturas de guiones de cine basados en las propias vivencias de una mujer desesperada ante la situación de no poder conciliar la vida laboral con la de madre.
Lo dicho, imágenes polémicas, sexo explícito, interpretación descarnada (y nunca mejor dicho), situaciones llevadas al extremo, y frialdad nórdica (de esa que muchas veces desespera).
PUNTUACIÓN: 3,5
Brevemente os hablaré de una de las últimas cintas exhibidas de entre entre las que engloban la siempre interesante Sección Zabaltegi, su procedencia es Israel y su título LAS MEDUSAS (MEDUZOT).
Fue premiada con la Cámara de Oro en el Festival de Cannes y obtuvo 15 nominaciones a los premios de su país.
Podríamos encuadrarla en un cine mágico, de imágenes oníricas, con varias pequeñas historias que buscan entrelazarse aunque sea brevemente, y con leves mensajes que el espectador debe entrever.
Yo más diría “realismo mágico”, un drama con toques de humor un tanto absurdos, con situaciones en ningún modo angustiosas, todo con mucho tacto, como si los directores de esta loable cinta intentaran que los protagonistas de esas pequeñas historias se fueran redimiendo poco a poco de sus angustias.
A los que asisten a ver esta película habría que decirles que van a asistir a un poema audiovisual, que lo que se van a encontrar es con una dulce composición de sonidos, imágenes y palabras, todas ellas encadenadas para formar un todo en forma de arte surrealista.
Hay elementos fantásticos diseminados por toda la obra que bien podrían parecer absurdos e innecesarios, todo lo contrario, son precisamente esos elementos fuera de la realidad los que nos irán marcando el camino hacia la salvación personal de los personajes.
Leí por ahí, antes de venir a ver el festival, un comentario sobre esta cinta y sobre este tipo de cine en particular que me hizo mucha gracia y que me llamó la atención, y que deja bien a las claras de que va la peli y de que pasta está hecha, y por ello os lo dejo aquí:
En American Beauty hay una escena en la que mientras el viento se lleva una bolsa de plástico, el protagonista afirma: «a veces hay tanta belleza en el mundo que no lo puedo soportar». En Padre de familia, la serie de dibujos de la Fox, parodiaban la escena poniendo al final a una persona que salía de un balcón y decía: «¡Qué sólo es una bolsa, coño!».
Del argumento no es necesario hablar, no es relevante.
PUNTUACIÓN: 3
Esta noche, la valoración de lo visto durante estos 10 días, aquellas películas que merecen ser recomendadas, las que han tenido mejor acogida por el público, y por supuesto, LA QUINIELA.
Habrá que mojarse, y como siempre… no se parecerá en nada a lo que el jurado acabe otorgando, pero bueno.
Firmado por: “Reverendo” Harry Powell
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