MAMA ESTÁ EN LA PELUQUERÍA (Maman est chez le coiffeur) de Lea Pool
SECCIÓN OFICIAL
Verano de 1966. Es el momento de disfrutar de las vacaciones de verano, de la libertad total, de correr salvajemente por el campo y de divertirse con los amigos. Pero a medida que se hace más consciente de los sueños, penas y mentiras de la gente más cercana a ella, Élise ve cómo el repentino abandono de su madre trastorna completamente su familia. Su padre se encuentra abrumado ante la situación. Elise decide tomar las riendas de una familia que navega a la deriva.
Décimo trabajo ya el de una directora poco conocida por estos lares pero con suficiente bajaje como para afirmar que en Canadá hay vida después de Denys Arcand, y con esta película lo demuestra.
Con la infancia como telón de fondo, la película narra una historia familiar ambientada a mediados de los sesenta, la excusa perfecta para embarcarnos en un viaje a medio camino entre la comedia y el drama. Con aire especial años 60/70, el film resulta ser amable y bastante estimulante, con unos niños especialmente integrados en una historia que vuelve a hablarnos de, como no, un drama familiar. Y digo lo de los niños, porque son los verdaderos protagonistas de la historia, porque a través de ellos vamos viendo como esa familia ve desmoronarse su cómoda vida.
Todo está en su sitio, la elaborada recreación de un pequeño lugar junto a un gran río, los personajes familiares, los amigos y vecinos, los sutiles desencuentros que desencadenan el desmoronamiento, la música que acompaña esos calurosos días de verano, las ligeras notas de humor (casi siempre provenientes de esos inolvidables encuentros entre críos), los coches de época, todo encaja.
Te sientes a gusto cuando sales del cine, sintoma inequívoco de que me he involucrado en la vida de esa familia canadiense, en sus momentos felices y en los no tan felices, siguiendo con atención cada uno de los movimientos que los tres hermanos han de realizar para que su vida continue de la forma más parecida a como había sido hasta entonces. Y a destacar la sobriedad de la hermana mayor, una niña que en la mirada me recordaba a la Cristina Ricci de sus inicios, acumulando la mayor parte de las escenas del film.
Al estilo de Génova de Winterbotton, no es película de la que se espere grandes cosas ni que contenga relevanes mensajes, es película bella, agradable, fresca, y muy bien contada. Un buen ejemplo de como hay que contar esas pequeñas historias enclavadas del pasado que bien podrían ser ejemplos del presente.
PUNTUACIÓN: 7,5 (sobre 10)
RACHEL GETTING MARRIED de Jonathan Demme
ZABALTEGUI – ESPECIALES
La película enseña los preparativos y la celebración de la boda de Rachel, a quien da vida Rosemarie DeWitt, cuya hermana Kym, interpretada por Anne Hathaway, acaba de abandonar un centro de rehabilitación para drogadictos. Todos los demonios familiares de la relación entre las hermanas, entre los padres y entre padres e hijos, nacidos a partir de una tragedia, se desatan durante los preparativos y la celebración de la boda, en muchas ocasiones en presencia de los invitados.
Ya se dijo en Venecia (hay que recordar que estuvo presente en la Sección Oficial de ese festival), el film recuerda y mucho al film danés iniciador del movimiento Dogma «Celebración», y se le parece por tener un tratamiento casi documental, porque se intuye que los planos no están planificados, porque todo se desarrolla de forma natural, porque deja a los actores mucha libertad (aunque si exite un guión), se olvida de los efectismo visuales, la música es en directo (por cierto de relumbrón y muy variada), porque el mismo director lo digo «quería que el film fuera lo más Dogma posible».
En la parte que se distancia de los directores europeos del dogma (a los que homenajea sin reparos) es en que le ha salido una película blandita, mo demasiado emotiva cuando se acerca la hora de abordar los dramas familiares, sosa por momentos, demasiado densa cuando salen a relucir esas largas parrafadas «made in EEUU» que parecen sacadas de un manual de psicología humana.
Si que merece una nota especial la actuación de Anne Hathaway, actriz que gusta a muchos y que aquí se marca una interpretación de altura, ella es la gran baza que tiene este film (a pesar de no ser la Rachael del título, sino Kym, la hermana de la que va a casarse), ella tiene la fuerza suficiente para que cada vez esté presente, cada vez que hable o cada vez que mire, toda esa palabrería no se convierta en pesadez, ella es quien le da salsa a la boda, ella consigue resucitar lo que de otra forma hubiera sido una «fashion y pija» boda interracial, con amigos «megaguays», y padres haciendo su papel de forma tardía, como es constumbre.
No es el Jonathan que muchos esperamos, es más bien un pequeño ejercicio de un cineasta al que siempre le pediremos «corderos» en vez de «dogmas» o «documentales», tiempo al tiempo, porque hay que suponer que el tuvo retuvo.
PUNTUACIÓN: 6 (sobre 10)
LA CLASE (Entre les murs) de Laurent Cantet
ZABALTEGUI – PERLAS DE OTROS FESTIVALES
Palma de Oro en el Festival de Cannes
François es un joven profesor de lengua francesa en un instituto difícil, situado en un barrio conflictivo. Sus alumnos tienen entre 14 y 15 años. No duda en enfrentarse a Esmeralda, a Souleymane, a Khoumba y a los demás en estimulantes batallas verbales, como si la lengua estuviera en juego. Pero el aprendizaje de la democracia puede implicar auténticos riesgos. François y los demás profesores se preparan para enfrentarse a un nuevo curso. Llenos de buenas intenciones, deseosos de aportar la mejor educación a sus alumnos, se arman contra el desaliento. Pero las culturas y las actitudes se enfrentan en el aula, microcosmos de la Francia contemporánea. Por muy divertidos y estimulantes que sean los adolescentes, sus comportamientos pueden cortar de raíz el entusiasmo de un profesor que no cobra bastante. La tremenda franqueza de François sorprende a sus alumnos, pero su estricto sentido de la ética se tambalea cuando los jóvenes empiezan a no aceptar sus métodos.
A medio camino entre la ficción y el documental que narra la vida cotidiana de una clase de instituto.
Verborrea, discursos, debate, una cámara puesto en favor de la disputa democrática entre un profesor de francés con facilidad para meter el dedo en la llaga y unos alumnos con mucha facilidad para desenfundar rápido.
Con tacto y delicadeza, Laurent Cantet muestra las dificultades del colegio en la Francia de hoy, pero también los esfuerzos, las esperanzas y los logros de los profesores cuyo compromiso al servicio de los alumnos (por lo menos en lo que concierne a este colegio) es ejemplar.
Ejemplo tremendamente didáctico de lo que se cuece en la sociedad estudiantil de la Francia de hoy en día, buen material para exponer en nuestros colegios, documento sociológico que no debería faltar en la videoteca de las universidades de cualquier lugar, 130 minutos con mucha, mucha miga.
Cuando más se disfruta es con los momentos de «enfrentamiento» de tú a tú entre profesor y alumnos, en esos largos debates entre quien necesita que los alumnos participen y despierten de su somnolencia, y quienes no tienen inquietudes más allá de los juegos, el deporte, la calle o la fiesta.
Siéntense en el cine más próximo a su casa (pronto estreno gracias a Golem) y dejense llevar por este trozo de vida en directo (nada que ver con Gran Hermano).
PUNTUACIÓN: 9(sobre 10)
Firmado por: «Reverendo» Harry Powell
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