Última jornada del festival, antes del sábado de premios, aciertos y desencantos, por parte de un jurado que como siempre tendrá dos caminos el fácil y el dificil, el camino de apoyar la unanimidad de crítica y público, o el camino de inventar y desmarcarse de los demás, la resolución mañana sábado a eso de ls 16 horas.
Hasta que llegue ese momento y como me faltaba comentar las dos últimas películas que concursaban este año, paso a contaros lo que me han parecido, además de hablar de una producción vasco-catalana de un nuevo director.
LOS CONDENADOS de Isaki Lacuesta
Participa en la Sección Oficial a competición.
Argumento: dos ex guerrilleros se reencuentran 30 años más tarde en una excavación ilegal, donde buscarán el cuerpo de un tercer compañero desaparecido entonces. La tensión y los secretos escondidos durante ese tiempo aflorarán a medida que se acerquen a la impredecible solución final, donde no todo será lo que parecía.
Es el tercer largometraje de Isaki Lacuesta, un joven director catalán, que a pesar de no haber llegado al público, ha conseguido gran reconocimiento por parte de la crítica con sus anteriores trabajos «Cravan vs. Crava» o «La leyenda del tiempo», un documental sobre las fascinación por Camarón y el flamenco.
Crítica: ¿Qué fue de Ezequiel?, pregunta con respuesta que sobrevuele todo el metraje y que acaba siendo un pelín asfisiante.
Película sobre lo que cuesta confesar la verdad, en este caso 30 años, y en otros, toda una vida. Reencuentro personal y geográfico con personas que se conocen y que tienen una cuenta pendiente con el pasado, aunque algunos desearían no tener que dar explicaciones sobre lo sucedido.
Muy pocos datos y muy pocos elementos para crear un clima asfisiante en donde las sospechas, los anhelos, los desencuentros, crean un mosaico cada vez más angustioso ante la idea de que por fin la verdad va a ver la luz.
Ezequiel es un personaje que lleva mucho tiempo muerto, a su tumba se llevó consigo un secreto, un secreto que ha marcado la vida de algunos (sus amigos) y amenaza la vida de los demás (mujer e hija), y es precisamente su hija (Bárbara Lennie) quien en una pequeña aparición prodigiosa se encarga de confesar que ella es la única que no necesita conocer la verdad, porque su vida murió desde el mismo momento en el que su padre murió (confesión realizada con un plano fijo.
Un conjunto que se ve empañado con algunas pequeñas historias de relleno que no aportan nada de nada, huelen a falsas, y no tienen nada que aportan al drama.
A pesar de su falta de emoción y tensión, es estimable la fuerza de credibilidad de sus actores principales y esa atmósfera (que recuerda a “La ciénaga” de Lucrecia Martel) tan especial.
Posible sorpresa en los premios de mañana, típica película que de tapadillo y a la chica callando consigue desbancar a las favoritas y alzarse con algún premio gordo, veremos…
Lo mejor: el entorno, con esa selva peruana tan bien retratada, el suspense generado con tan poquito material de inicio, las implicaciones históricas, lo natural y creible de la propuesta, la escena en la cafetería protagonizada por Bárbara Lennie.
Lo peor: el grupillo de jóvenes trabajadores del campamento (pa na…) y que cuesta a veces entender el acento de los personajes.
NOTA DCINE: 8
VENGO DE BUSAN (I came from Busan) de Jeon Soo-il
Participa en la Sección oficial en competición.
Argumento: In-hwa, una chica de 18 años, vive sola en Pusan. Nadie sabe que está embarazada salvo su íntima amiga Sang-mi, que le persuade para que deje al bebé en adopción. In-hwa abandona a su bebé a regañadientes. Con el paso del tiempo crece su añoranza por el niño y visita el centro de adopción con intención de recuperarlo.
Crítica: me cansa tanta película contemplativa que pretende tener fondo pero que abusa de las formalidades de cualquier película asiática que llega a un festival. Y es que uno está harto ya de tanto plano en el que no pasa nada, de que la chica guapilla de turno camine sin rumbo fijo por la ciudad, de que se siente en la cama, en el puerto, en un banco, en el suelo y se quede «mirando a las musarañas», de que la cámara se queda dormida (y nos duerma a nosotros) contemplando una escena supuestamente bucólica y con sentido, pero que al final suele conseguir descolocar y cabrear, de que surgan escenas sin sentido, de que no se hable y cuando se hable, mejor se hubiera quedado callada, de que aparezcan y desaparezcan personajes para no aportar nada, de que se eliga una historia intimista y dramática y se la envuelva de misticismo barato, de que todos los coreanos, chinos y demás gentes de esos entornos parezcan lelos o zombies, de que las peleas parezcan de mentira (puro teatro), de que todo se exagere, de que estas películas compitan en un festival, ¡vasta ya!
Soporífera película, soporífera hiostoria, soporífero tratamiento, soporífero ritmo, soporíferos actores, y si la incluyen en el palmarés será por llevar la contraria al mundo real, al de acrne y hueso que lo que busca es entrar en un cine y entretenerse, evadirse, pensar en otras vidas, llorar, reir, emocionarse o incluso sufrir, pero no con este tipo de sufrimiento, desde luego con este dolor de huevos, no.
Lo mejor: que no llega a la hora y media
Lo peor: todo
NOTA DCINE: 2
FELICIDAD PERFECTA de Jabi Elortegi
Dentro de la Sección Zabaltegui – Nuevos directores.
Argumento: El atropello que Ainhoa sufre en una calle céntrica de Barcelona frustra su carrera de pianista. Tampoco su vida sentimental atraviesa por su mejor momento: poco antes del accidente conoció a Imanol, pero no fue capaz de compartir su vida con él por la incapacidad de Ainhoa para exteriorizar sus sentimientos. En el origen de sus miedos está el atentado de ETA del que fue testigo cuando tenía quince años.
La trama se sitúa en dos momentos históricos distintos. El pasado (1987) y el presente (2008). El pasado transcurre en una pequeña localidad costera del País Vasco, en un momento de gran agitación política y el presente en una gran urbe, Barcelona.
Las vidas de nuestros dos protagonistas se cruzan en el pasado y se vuelve a encontrar en el presente. Los dos tienen algo en común que ha marcado sus vidas: ser víctimas de un atentado terrorista.
Crítica: Ainhoa es un mujer hermosa y exigente pero el centro de su existencia es su carrera profesional como pianista, por lo que su vida sentimental no va muy bien, aunque la dificultad para amar tiene una raíz más honda. La relación que establece con Imanol (Alberto Berzal), precisamente le hará ir hacia el origen de todo, cuando en su adolescencia Ainhoa vio como miembros de ETA asesinaba a una persona. En ese entonces las presiones de su familia y de su entorno para guardar silencio ante lo visto condicionaron el resto de la vida de esa adolescente, que hoy hecha una mujer aún no puede olvidar que lo último que vio el hombre asesinado fue su rostro.
La felicidad perfecta del título hace alusión a una pieza de piano de Schumann que suena desde el inicio ya que simboliza la búsqueda de la protagonista por ser feliz, con lo que hace, con su vida, con su familia, con sus sentimientos. Una felicidad que dificilmente será plena mientras pese el recuerdo de aquél fatídico día.
El ambiente histórico-político que rodea la historia no impide que la historia de esta niña y mujer transcurra fluida hacia lo que el guión ha considerado más relevante, la lucha interna por superar los traumas ocasionados por haber sido testigo directo de semejante episodio y por sus consecuencias sociales.
Se deja ver, dura una hora y media, Anne Igartiburu (sí, la Anne de «Corazón de…» y «Mira quien baila») aprueba el examen, y aunque se trate de una primera peli, se nota que el realizador viene curtido de la televisión, algo que se percibe en algunos momentos en los que hay aires de telefilm.
No profundiza, pero ello acaba quedando una sensación de superficialdad, de que se podría haber contado más cosas, y que las que se cuentan, acaban sabiendo a poco.
Promete más que da, amaga más que ataca, pero aún así le auguro un buen porvenir, además sabiendo que, aunque grabada en vasco, también tendrá copias grabadas en castellano, algo que facilitará su distribucción por España.
Lo mejor: que Anne sale airosa a pesar del lastre de su imagen televisiva, los padres de la protagonista (actores vascos muy solventes), y que va al grano.
Lo peor: que se desaprovecha el talento de un mago de la música, Illarramendi hace lo justo, el drama no alcanza cotas que nos emocionen, le falta garra y fuerza a la historia.
NOTA DCINE: 6
Y ahora sí, que colorín colorado, esto sí se ha acabado.
ESTA NOCHE MIS IMPRESIONES SOBRE LAS CANDIDATAS A LOS PREMIOS DE ESTA EDICIÓN Y MI QUINIELA PERSONAL CON LO QUE ME GUSTARÍA QUE PASARA Y LO QUE CREO QUE PUEDE PASAR.
Firmado por: «Reverendo» Harry Powell
Escribe un comentario