Hoy he tenido la (inmensa) oportunidad de ver dos de las últimas películas protagonizadas por una de las más grandes actrices del cine europeo (mundial) actual, «El porvenir» de Mia Hansen-Love, y la turbadora «Elle», de un recuperado Paul Verhoeven. En ambas su interpretación es tan grande, tan llena de matices, tan deslumbrante que, sin ella es casi seguro que no estuviera escribiendo estas líneas en este momento. Y no porque ambas producciones no cuenten con los suficientes elementos de interés, son dos buenas películas, lo que pasa es que ambas son lo que son porque están protagonizadas por ella, por la gran Isabelle Huppert. Y además con dos papeles muy distintos entre si pero a los que el talento de la actriz dota de vida y verdad.
En «El porvenir», Isabelle interpreta a Nathalie, una profesora de filosofía que ronda los sesenta a la que la vida parece sonreírle, tiene una familia que la quiere, un trabajo con el que disfruta y una vida tranquila y ordenada. Hasta que un día su destino se tuerce y, a partir de ahí, su vida se desmorona por completo. Una historia como ésta, tan proclive al tremendismo, podría haber dado como resultado un dramón típico de estrenos televisión, sin embargo, el gran trabajo de su directora, que realiza aquí uno de sus más sutiles y acertados trabajos, haciendo de la simplicidad y la claridad expositiva sus mejores armas, y el protagonismo de la gran actriz francesa, que proporciona a su personaje de la fragilidad y dignidad que requiere, convierten esta entretenida película en una deliciosa propuesta que logra transformar, casi sin proponérselo, lo cotidiano en algo muy singular.
En «Elle», por contra la veterana actriz interpreta a Michelle, una despiadada y agresiva ejecutiva que dirige una empresa de videojuegos a la que un día un desconocido viola de forma harto violenta en su propia casa. En vez de hacer lo que haría cualquier persona en estas circunstancias, denunciar a la policía la terrible agresión, Michelle decide seguir con su vida como si nada hubiera pasado, dando comienzo de esta forma a un oscuro juego entre ella y su agresor de imprevisibles consecuencias…
El regreso del gran realizador holandés no podía haber sido más triunfal, «Elle», es una perturbadora película llena de un retorcido y escabroso humor negro en la que, de nuevo, el talento de su actriz protagonista brilla por su capacidad para dotar de la ambigüedad que su complicado papel requiere. Una retorcida historia en la que Verhoeven muestra sin cortapisas morales ni juicios de ningún tipo los, a veces, oscuros caminos del deseo carnal.

Lo dicho, dos buenas películas, dos grandes ejemplos del inmenso talento de la gran Isabelle Huppert.