CRÓNICA DEL SÁBADO 23 DE SEPTIEMBRE
Primer día de Dcine.org en el Festival
Sobre cuales han sido mis sensaciones, algo de opinión, y un poco de crítica…
Firmado por Reverendo
Tras la inauguración de la Sección Oficial por parte de Wim Wenders y su INMERSIÓN (entre correcta y desilusionante), hoy ha sido el turno de dos nuevas propuestas… La primera apuesta del cine español, EL AUTOR esperado trabajo de Manuel Martín Cuenca (que ya participara anteriormente con «Canibal»), y que se ha presentado con un premio bajo el brazo… tras su reciente paso por Toronto. Y también LA DOULEUR, cinta del director francés Emmanuel Finkiel, basada en el libro autobiográfico de Marguerite Duras.
De ambas cintas podemos extraer ya los primeros candidatos/as a premios de interpretación: por un lado, JAVIER GUTIERREZ con el personaje de Álvaro, un escritor que está obsesionado con escribir una gran obra literaria, aunque carezca del talento necesario; por otro lado, MÉLANIE THIERRY con el personaje real de Marguerite, una brillante escritora que debe soportar una larga lucha personal para poder reencontrase con su marido detenido en la Francia ocupada por los nazis de 1944.
EL AUTOR recibe con merecimiento aplausos tanto en el pase de prensa como en el pase oficial del público, y aunque no sea un trabajo redondo, es una adaptación brillante, divertida y fresca. Sátira sobre la creación artística, con tono socarrón, incómoda, sórdida, y negra, negrísima… a la que bien le hubiera venido alguna que otra vuelta más en su parte final. Inolvidable escena protagonizada por Antonio de la Torre (profesor de futuros guionistas).
LA DOULEUR es de esas películas que necesitan dosis de exigencia por parte del espectador, hacerlo suele ofrecer recompensa… en este caso, recibir una dosis de dolor tan intenso como la que sufrieron todas aquellas mujeres que vieron como la guerra les arrebataba a sus maridos para además condenarlas a una espera infinita, de dolor silencioso, de silenciosa agonía. La película es triste, agónica, pretendidamente desesperante… nunca se aparta del gris… pero se trataba de eso, de que el espectador ingiera una dosis de dolor y tarde en recuperarse.
La tacharán de pesada y cansina, y lo es, pero tiene un objetivo loable… que nos invada esa misma tristeza de su protagonista… otra cosa es que nos guste sentirla.
De entre las proyecciones especiales llegaba al Festival la cinta francesa AU REVOIR LA-HAUT (NOS VEMOS ALLÁ ARRIBA), adaptación de un best-seller francés.
Noviembre de 1919. Dos supervivientes de las trincheras, uno un magnífico ilustrador y el otro, un modesto contable, montan una estafa sobre los monumentos a los muertos de la guerra. En la Francia de los años veinte, el proyecto se convierte en algo tan peligroso como espectacular.
Entretenida cinta, de claro componente comercial, amable espectáculo al más puro estilo francés, una fábula que no hace daño a nadie… de esas que se pueden recomendar. Trata de sortear los momentos de crudeza para centrarse mucho más en la recreación de la época, en el desarrollo del leitmotiv, en que el espectador se encariñe con la historia.
Y finalmente un Koreeda un poco desubicado, con THE THIRD MURDER (EL TERCER ASESINATO) se sale del género habitual del maestro japonés… es por ello que este drama judicial con enredos familares y mensajes moralistas de por medio, te deja más bien aplanado, insatisfecho, desangelado… Vale, bien, bueno… Prefiero al Koreeda del ámbito paterno-familiar, constumbrista, que le saca punta a las vidas cotidianas.
Aquí lo hace, pero parece algo más alejado, sin su cariño habitual, más centrado en denuncias al poder judicial, la abogacía, o las leyes… Aún así no hablamos de un thriller judicial al uso, más bien de un drama criminal con tintes judiciales y una incursión en la psicología de criminales, abogados, jueces, familiares, prensa, ciudadanía.
FOTOS DE LA JORNADA
CRÍTICA DEL DÍA
De entre todas las películas vistas en el día de hoy, elijo una y la valoro, la examino, la enjuicio…
Hoy quiero hablar de AU REVOIR LA-HAUT dirigida por Albert Dupontel (Proyección Especial Sección Oficial)
Firmado por Barry Collins
Adaptar un best-seller al cine es una tarea peligrosa o, cuando menos, arriesgada. A simple vista puede parecer que partir de una historia desarrollada de principio a fin es tener ya casi la mitad hecha, pero la realidad es que muchas veces es precisamente todo lo contrario. Y no me refiero a ese tipo de novelas que se suele calificar como «infilmables», con estructuras «marcianas» o textos imposibles de traducir en imágenes, no, lo que quiero decir es que a veces es difícil saber qué dejar, qué quitar o incluso qué añadir en la adaptación para que todo funcione como debería para conseguir no decepcionar. Desde el principio te arriesgas a la ira de los fans acérrimos o al maltrato de la crítica más displicente, y da igual de que se parta con esa premisa, sabiendo que es inevitable la comparación entre libro y película, porque los palos, incluso triunfando, son siempre grandes.
Hoy ha sido estrenada en el presente Festival de San Sebastián la adaptación de uno de los grandes best-sellers de los últimos años, la excelente «Nos vemos allá arriba» de Pierre Lemaitre, premio Goncourt 2013 y quizás una de las novelas que mejor muestra el horror de la Primera Guerra Mundial escrita con motivo de su primer centenario. Y el resultado, aunque no está a la altura de la novela -al menos para el que esto escribe, fan declarado de la novela y de su autor-, sí que se las ingenia para funcionar sin demasiadas estridencias, y eso que el reto no era fácil.
Filmada con un gran despliegue de medios, algo crucial en este caso dadas las características de la trama, un muy ajustado elenco actoral que cuenta con alguna que otra estrella gala en pequeños papeles, y una contagiosa energía visual, esta muy entretenida película consigue adaptar el texto sin traicionarlo en demasía, aunque también es cierto que quizás simplifique demasiado la trama y el peso de alguno de los personajes y que la cámara, posiblemente influida por esa abundancia de medios ya comentada, se deje ver y se haga notar más de lo debido. Con todo, es una de esas películas que, al margen de los lectores «talibanes» que como decía al comienzo es inevitable que se sientan decepcionados, lo tienen todo para triunfar entre el gran público: es entretenida, cuenta con una historia que mezcla la dura realidad de la gran guerra con una historia de pillos y desgraciados en busca de su ansiada porción de felicidad, una gran factura técnica y visual, un sutil sentido del humor, y alguna que otra pincelada de amor…
No es Kubrick, pero resulta simpática y tampoco lo pretende.
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