CRÓNICA DEL JUEVES 28 DE SEPTIEMBRE
Primer día de Dcine.org en el Festival
Sobre cuales han sido mis sensaciones, algo de opinión, y un poco de crítica…
Firmado por Reverendo
Dos películas más a concurso… y dos Perlas provenientes de otros festivales (Cannes y Venecia)… penúltimo día de cobertura… esto se está acabando…
THE DISASTER ARTIST, en la Sección Oficial a concurso, es la sorprendente propuesta del actor y director norteamericano James Franco… una comedia reivindicativa sobre una de las peores películas de la historia «THE ROOM (2003)» de Tommy Wiseau.
Una película sobre su rodaje, pero también sobre el cocinado de un gran fracaso, sobre la lucha por el éxito, y además, sobre Tommy Wiseau, un tipo extravagante, peculiar y bastante único.
Tengo que reconocer que ha sido mejor de lo esperado…
Ha conseguido arrancar las carcajadas del público, está filmada con cariño y mimo hacia sus personajes, es respetuosa y desprende muy buen rollo, cargada de referencias cinematográficas, y sirve tanto de homenaje como de complemento de la película original… perfectamente unidas para una memorable sesión doble.
LA VIDA Y NADA MÁS del español Antonio Méndez Esparza, también a concurso dentro de la Sección Oficial, es como el mismo título indica, un pedazo de vida, de la vida de Regina, una madre soltera que lucha desesperadamente por cuidar a sus dos hijos… y de su hijo mayor, Andrew, de 14 años, que está lleno de desprecio hacia su madre…
Y es precisamente ahí donde el relato alcanza solidez, en que el director sabe sacar petroleo de los actores no profesionales, y que sabe reflejar la realidad de esa familia, de su descomposición, del entorno social… «la historia de una familia afroamericana rodada en Estados Unidos y por un español»…
Fotogramas llenos de humanidad, con una mirada clara y sencilla, notas de pura veracidad en sus momentos más drámaticos… una ventana abierta de par en par que ha de interesarte sin que te remueva emocionalmente.
MOTHER! (MADRE!) de Darren Aronofsky concursó en el pasado Festival de Venecia, y aunque no apareció en el Palmarés, ya tuvo la suficiente publicidad por reunir la atención de detractores y de seguidores, al 50%… o la amas o la odias… pero una cosa me ha quedado clara al verla, este tipo ha rodado esta película con la meridiana intención de HACER LO QUE LE DIERA LA REAL GANA.
No la voy a odiar, pero me posiciono en el grupo de los que no le ha gustado, porque no me ha interesado en ningún momento acalorarme en el debate de que es lo que el director quiere contarnos (aunque pueda tener mi idea), o porque sencillamente no me ha compensado el juego insano propuesto en la primera parte de la peícula, ni la anarquía visual y sonora de la parte final.
Y como es mejor no contar nada… a algunos les estallará la cabeza, a otros se les quedará cara de tonto, a otros se les iluminará los ojos con ese alubión de momentos sin sentido del ridículo, y al resto les llenará de indiferencia (al menos lo habrán podido valorar con sus propios ojos).
Se me olvidaba, que recelo por parte de la distribuidora (no sé si la americana o la español)… pero pagar a un guardia jurado para que se tire todo el tiempo que dura la película grabando a los espectadores en sus butacas, es de esas pocas cosas que me faltaba de ver en una sala de cine.
THE FLORIDA PROJECT de Sean Baker pasó con éxito por la Quincena de Realizadores del pasado Festival de Cannes.
A mi me ha cautivado por la facilidad para describir esa parte de la América profunda, en este caso, en la zona de moteles que rodean al Parque temático de Disneyland en Florida… un submundo de pobreza, de falta de oportunidades, de olvido.
Y en ese universo emergen personajes e historias espontáneas que llaman nuestra atención y que van llenando de forma muy colorista sus casi dos horas… desde una niña de 6 años deslenguada y vivaracha, unos niños viviendo multitud de pequeñas y entrañables aventuras, una madre buscavidas, un gerente (magnífico Willen Dafoe) con más aguente que el «Santo Job», un destartalado motel, un lugar con sus propias reglas…
La otra Disneylandia… muy recomendable de ver y disfrutar.
FOTOS DE LA JORNADA
CRÍTICA DEL DÍA
De entre todas las películas vistas en el día de hoy, elijo una y la valoro, la examino, la enjuicio…
Hoy quiero hablar de LA CORDILLERA dirigida por Santiago Mittre (Proyecciones Especiales Premio Donostia)
Firmado por Barry Collins
Hitchcock era uno de esos realizadores capaces de hacer magia. A partir de un guión, o de una historia que en otras manos hubiera dado como resultado una película del montón siendo muy generosos, él era capaz de convertirla en una obra maestra. Casi con su sola presencia en la producción ésta mejoraba. Es lo mismo que pasa con el gran Ricardo Darín, reciente Premio Donostia 2017, un actor que con su sola participación en una película hace aumentar la calidad de la misma de forma sustancial. Y es lo que ocurre en «La cordillera», su última y entretenida película, que se beneficia de su casi omnipresente presencia y pasa, de una producción casi del montón, a otra con muchos más matices solo por el siempre excelente trabajo de su actor principal.
Con una atmósfera inquietante con tintes del cine del gran Polanski, una trama que pasa del thriller de altas esferas a la intriga psicológica, el suspense y hasta casi lo esotérico,»La cordillera» es un thriller que funciona a dos niveles, uno que cuenta una historia de alta política, en la que el presidente de Argentina acude a una cumbre de mandatarios de América del sur organizado en la cordillera chilena para intentar crear una especie de macro empresa petrolífera interestatal, una cita en la que tendrá que tomar una decisión política que determinará su carrera y el futuro de su país, y otro de carácter más humano y cercano, que se adentra en aspectos más psicológicos del personaje y su relación con su entorno y su desorientada hija. Ambas tramas están entrelazadas y funcionan para mostrar las dos caras de la poliédrica personalidad del protagonista, la pública y la privada. El problema surge en el desarrollo de estas tramas, que no terminan de funcionar y encajar entre sí todo lo bien que deberían haciendo que la película resulte algo dispersa. Mientras la trama política avanza y va tejiendo una historia de ambición, luchas de poder y dinero, la psicológica no lo hace tanto porque no sabe muy bien hacia donde dirigirse, lastrando el desarrollo y el resultado final de la película. Pero claro, como ambas tramas las protagoniza un actor en permanente estado de gracia, estos pequeños detalles que hacen bajar enteros a la película pasan casi desapercibidos durante el metraje.
Es una película que juega a ser de género para tratar temas de interés, que se hace preguntas y hace pensar al espectador, que no se hace larga ni aburrida pero que no termina de funcionar todo lo bien que debiera porque el realizador no termina de mostrar de forma convincente todas sus cartas y no consigue encajar el puzzle que va tejiendo frente a un espectador que, cuando llega el final de la historia, se queda con una cierta sensación de oportunidad perdida.
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