CRÓNICA DEL DOMINGO 23 DE SEPTIEMBRE
Tercer día de Dcine.org en el Festival
Sobre cuales han sido mis sensaciones, algo de opinión, y un poco de crítica…
Firmado por Reverendo
SECCIÓN OFICIAL
ROJO de Benjamín Naishtat (Argentina) – Sección Oficial a concurso
con Darío Grandinetti, Andrea Frigerio, Alfredo Castro
Una vez que asistimos a ese comienzo extraño, aguantamos a esas escenas psicotrópicas, y pillamos lo que se nos quiere contar… por otro lado, claro clarinete… pierdo el interés debido a que el estilo elegido acaba fatigándome.
Según la sinopsis: «a mediados de los años 70, Argentina sufría una de sus peores épocas. La violencia era cotidiana, salvo en el pequeño pueblo de Darío. Todo cambia cuando la violencia también alcanza el pueblo y Darío sale de su cotidiana vida y entra en una espiral de violencia».
Según su director: «La película habla del contexto en el que germinaron las condiciones por las que comenzó en Argentina una década de plomo, de terrorismo de Estado, y se ubica un poco antes de eso».
Según mi lectura: explicarse se explica… aquella época (preludio de la dictadura) fue complicada para la convivencia y la vida civil en Argentina, daba la sensación de que las personas vivían en un estado lobotomizado, sin reacción, sin respuesta por lo que ocurría a su alrededor… en breve se pasará de una vida en blanco a una vida en rojo…
Pero aún reconociendo lo estimulante de la propuesta, que viniendo de quien viene sea medianamente accesible, y que se apoye en un momento de la historia argentina muy poco tratado (no así de la propia dictadura)… no es fácil digerir según que momentos o según que personajes (o sea que se me atragantan), según que escenas (que parecen gratuitas), según que diálogos (siempre con la intención de leer entre líneas)… me fatiga y me desvía…
NOTA: 5,5 de 10
A tener en cuenta para el reparto de premios:
– Guión
– Fotografía
ALPHA (The Right To Kill) de Brillante Mendoza (Filipinas) – Sección Oficial a concurso
Con el trasfondo de las enérgicas medidas del gobierno para luchar contra las drogas ilegales, la policía, liderada por los SWAT, el cuerpo de élite, lleva a cabo una operación para arrestar a Abel, un importante distribuidor de metanfetamina, con el sargento Moisés Espino y su confidente Elijah aportando información. Una violenta batalla se desata entre los SWAT y los hombres de Abel en un barrio de chabolas. Abel huye llevándose dinero y metanfetaminas. Los SWAT lo matan, pero antes de que los investigadores irrumpan en el lugar de los hechos, Espino roba el bolso de Abel.
Se deja ver, se acepta como película de género y de denuncia por la corrupción policial en Manila y en Filipinas, se acepta por su estilo áspero y realista, por su puesta en escena para crear un thriller con nervio, energía y tensión…
Pero esperaba más… no sé si más acción o más violencia o también menos previsibilidad… pero me pareció una propuesta escasa, incompleta, desaprovechada…
NOTA: 6 de 10
A tener en cuenta para el reparto de premios:
– Dirección
ENTRE LAS PELÍCULAS VISIONADAS…
FIRST MAN – EL PRIMER HOMBRE de Damien Chazelle (EEUU)
de la Sección Perlas de Otros Festivales (Película Inaugural fuera de concurso en el Festival de Venecia)
Pendiente de comentario !!!
FOTOS DE LA JORNADA
CRÍTICA DEL DÍA
De entre todas las películas vistas en el día de hoy, elijo una y la valoro, la examino, la enjuicio…
Hoy quiero hablar de
Firmado por Barry Collins
YULI de Iciar Bollain (España) – SECCIÓN OFICIAL
Ya sé que es una pregunta mil veces hecha y escrita, que es ya un tópico fácil y manido hacerla, pero por una vez, y sin que sirva de precedente, voy a recurrir a ella, ¿el artista nace o se hace? ¿Es el talento lo más importante de un artista? o ¿se puede llegar a ser un gran artista con el trabajo constante y metódico aunque el talento no nos sobre? De eso y otros muchos temas más habla «Yuli», la nueva y por desgracia imperfecta película de Iciar Bollain, una de las más conocidas y valoradas realizadoras del cine español, que en esta ocasión presenta una hagiografía (que no biopic) del bailarín cubano Carlos Acosta, que triunfó en su carrera y llegó a ser primer bailarín en el Royal Ballet de Londres.
La forma escogida por la realizadora para contar la historia del famoso bailarín es dándole a él mismo la posibilidad de representarse mientras prepara un espectáculo de danza en su Cuba natal, una representación que cuenta su propia vida desde que su padre lo obligará a bailar desde muy pequeño, viendo el evidente talento para la danza de su pupilo, hasta que regresa a su país después de haber triunfado en todo el mundo. Mientras ensaya la obra, va recordando (o no) los eventos más importantes de su vida, hecho éste que usa Bollain para mezclar docudrama con vistosas escenas de danza en un mecanismo cinematográfico que no termina de funcionar del todo bien. Filmada con solvencia, de forma sincera y apasionada, en una Cuba quizás demasiado luminosa, en la que los claroscuros de la política que ha marcado el país están en un deliberado segundo plano, y con un apartado técnico y artístico de gran nivel del que destacan un gran trabajo de fotografía y la siempre estimulante partitura del gran Alberto Iglesias, es sin embargo una película que no consigue mezclar todo lo bien que debería sus dos formatos. Por un lado, la trama recreada con actores, resulta entretenida y se ve que se esfuerza en mostrar una historia repleta de variados temas, como por ejemplo el talento nato del artista al que aludía al principio, el racismo, la homofobia, la decadencia del sistema comunista…, pero siempre lo hace en un segundo plano y sin cargar mucho las tintas, con lo que el relato queda un tanto aligerado y con poca enjundia, sin incidir mucho en ningún momento en las partes oscuras de toda historia biográfica. Y por el otro las enérgicas escenas de danza, que están muy bien filmadas y montadas, pero que terminan casi por funcionar más como interludios musicales entre las escenas de la trama narrativa que como partes esenciales de la película, y en vez de fluir con el relato, tal y como están pensadas, de alguna forma lo entorpecen. Y es una pena porque, aunque en su conjunto resulta una película imperfecta, en sus partes vistas de forma separada funciona mucho mejor. En todo caso es una película fácil de ver, amable y directa, que no engaña a nadie en sus pretensiones, algo que no se puede decir de varios engendros también estrenados en el presente festival…
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