Antes de nada, el Premio L’Oreal al talento español revelación del año ha recído en Adriana Ugarte (La señora), se ha impuesto a colegas de profesión como Bárbara Goenaga, Inma Cuesta o María León. Sucediendo a Balnca Suarez que fué la anterior galardonada.
Nos queda un suspiro, últimos días, últimas horas para terminar de machacar mi culo y mi espalda, buen momento para ir pensando que, aunque aún hay algunas obras por descubrir, esto se está acabando y no hay visos de poder encontrar una obra excelente que marque mi paso por esta edición del 2010.
Dentro de la Sección Oficial hoy era el día de Aita y de Amigo, dos trabajos diametralmente diferentes en su forma y en su fondo, cine contemplativo contra cine de autor, cine reñido con los convencionalismos contra cine más clásico, cine sin historia, sin casi palabras contra cine basado en la palabra, en la historia.
AITA, del director donostiarra José María de Orbe, nos propone una inmersión dentro de una casa familiar situada en Astigarraga (Guipuzcoa). Un edificio de hace varios siglos, hoy abandonado y desvalijado, que está siendo cuidado por un guarda, el cual se convierte en uno de los personajes de una película imprevisible y 100% sensitiva. Sin un guión, sin una historia (como la entendemos normalmente), el director busca junto a los espectadores un cúmulo de sensaciones, de fantasmas, de sombras del pasado entre todas esas paredes con años de historia.
Una vieja casa deshabitada. El guarda que la cuida. El cura del pueblo. Los espacios, los sonidos, las luces y las sombras. El paso del tiempo. En los rincones más ocultos de la casa se revela una historia a la vez íntima y colectiva. El cine se revela como un fantasma dentro de la ficción de la película.
Ejemplo de lo que una película de festival suele demandar, controversia y disparidad de opiniones, ejemplo de arte visual, ejemplo de cómo extraer el jugo de un solo escenario, ejemplo de cómo dotar a un espacio muerto de una vida nueva, ejemplo de hacer cine inclasificable, ejemplo de un cine que no entiende de medias tintas, o te encanta o lo aborreces, o te asomas o cierras la ventana (mi compañera de la butaca delantera fue de las que cerro ventanas, hasta el punto de roncar en varias ocasiones, el cine también sirve para eso).
Era casi una obligación pasar por la rueda de prensa para reconfirmar sensaciones e ideas, y para hacer comprensible pasajes algo confusos.
Lo que nos quedó más claro: que es un película que será mirada con desconfianza, a la que le será difícil encontrar salida sin no hay premios de por medio, elaborada pacientemente en el transcurso de 3 años de idas y venidas en busca de un momento adecuado, una toma precisa, y una luz adecuada, o sea, una forma de cine más próxima a las artes plásticas que al clásico cine que todos conocemos, que su lugar más apropiado sería un Festival de Cine Experimental o Contracorriente, pero ya que está…
Me ha llamado poderosamente el gran trabajo de fotografía, totalmente natural, casi sin artificios, basada en la paciencia y la elección del mejor momento, ejercicio a tener en cuenta por su excelente resultado en pantalla.
Confirmado, no había guión, no había planificación alguna, tan sólo horas y horas de filmación, una elección casi auto-impuesta de unos personajes tan reales como que son quienes habitan habitualmente sus espacios vacios, y un trabajo en el que prima la intuición y el tiempo en la sala de montaje.
Para espectadores cercanos a las artes plásticas, con encuadres cercanos a una pintura, con composiciones bellísimas, y con una mezcla de imagen y sonido deliciosa.
Para mentes abiertas a conceptos más amplios de arte cinematográfico.
Para quien desee conocer los secretos del Palacio de Murguía en Astigarraga.
Puntuación Dcine: 7
John Sayles regresa a San Sebastián (seguro que su ciudad favorita) con una propuesta apartada de la temática habitual de Hollywood actual titulada AMIGO.
Amigo se centra en Rafael Dacanay, cabeza del barrio de San Isidro, en un área arrocera de Luzón (Filipinas). Su hermano Simón, jefe de la guerrilla local, ha obligado a la Guardia Civil española a retirarse de su avanzada y encarga a Rafael que encarcele al capitán de la guarnición y a un fraile español, el Padre Hidalgo, en nombre del Gobierno revolucionario. Pero cuando las tropas americanas que iban tras el general Aguinaldo llegan, el oficial español y el Padre Hidalgo son liberados, y una guarnición al mando del teniente Ike Compton permanece para «proteger» el barrio. La política de ocupación estadounidense evoluciona de «corazones y mentes» a «concentración» (lo que se denominó «hamletting» durante la guerra de Vietnam), y Rafael tiene que responder tanto ante los americanos como ante los patriotas filipinos, con consecuencias mortales.
Ya veis que hay múltiples historias configurando este relato de los días vividos tras la invasión americana a la colonia española de Filipinas. Pero hay una de ellas que es el verdadero motor del drama, la que acontece alrededor de Rafael (encarnado en pantalla por el actor filipino Joel Torres), un campesino que ha llegado a ser el jefe del pueblo (como su padre), pero que tendrá que lidiar con los soldados americanos, con los rebeldes revolucionarios, con sus vecinos, con su familia, e incluso con un cura español, demasiada condena para un solo hombre.
Sayles nos vuelve a regalar un laborioso guión, un texto en el que hasta las comas nos dicen algo, una historia interesante por su aproximación a un hecho histórico situado entre los grandes desconocidos para la gran mayoría, pero… no está acertado en su envoltorio, todo lo dicho anteriormente nos llega desprendido de cualquier atisbo de emoción, no hay sufrimiento cuando el drama aflora, no hay esbozos de sonrisa cuando es oportuno, y finalmente no hay complicidad con los acontecimientos relatados.
La película tiene muy buenas intenciones, hay una arriesgada apuesta por su diversidad de sus actores, y se nota le lápiz de quien dirige el asunto, es por ello que me entristece que la propuesta haya perdido en el camino su alma de película reivindicativa con una parte importante de la historia de Filipinas.
Destacable el trabajo del actor filipino Joel Torres, en mi opinión, una interpretación con olor a premio, veremos, pero para mí ya está entre los pocos candidatos.
Esperaba algo más, aunque le reconozco a Sayles su encomiable decisión, ojala hubiera más directores como él.
Para incondicionales del trabajo de John Syales, estoy seguro que a ellos no les defraudará.
Para almas sensibles a los acontecimientos históricos, sin grandes dramas, sin estridencias, sin episodios especialmente sangrientos.
Para espectadores siempre ávidos de cine multicultural.
Puntuación Dcine: 7
Y después de la parte oficial, es el turno de dos películas de puntos geográficos y culturales distantes, por un lado, una producción peruana (desde Zabaltegui- Nuevos Directores), y por el otro, una producción china (desde Zabaltegui- Perlas de otros festivales).
Desde Perú triunfó el año pasado «La teta asustada», desde esta misma cinematografía nos llega esta vez OCTUBRE de los hermanos Daniel y Diego Vega.
Opera prima que obtuvo el Premio del Jurado en la Sección «Una cierta mirada» del pasado Festival de Cannes, enclavada dentro de la Sección Horizontes Latinos, y que nos cuenta la historia de Clemente, un prestamista poco comunicativo, es la nueva esperanza para Sofía, vecina y soltera, devota del culto de octubre al Señor de los Milagros. Los une un bebé recién nacido, fruto de la relación de Clemente con una prostituta desaparecida. Mientras Clemente busca a la madre de la niña, Sofía cuida del bebé y se hace cargo de la casa del prestamista. Con la llegada de estos dos seres a su vida, Clemente tiene la oportunidad de reconsiderar sus lazos emocionales con la gente.
Tragicomedia regada de un sutil humor negro, cercana al cine de Aki Kaurismäki o a la recordada cinta uruguaya «Whisky», que tiene sus más importantes bazas repartidas a partes iguales entre el carisma exhibido por el trabajo del actor principal (Bruno Odar) y la decisión del director de fijar la cámara alrededor de tan sólo unos pequeños rincones que acaban siendo como de la familia.
Clemente tiene una personalidad llena de recovecos, con una fachada que irá siendo derrumbada poco a poco, de ello se irán encargado el resto de protagonistas, casi sin quererlo.
No es extraño su éxito internacional (su premio y buenas críticas en Canes, que haya pasado por otros festivales, y sus avanzadas ventas internacionales), aunque no es la típica película que te enamorará, si que será la típica película que recordarás de forma amable y podrás recomendar.
Hay una historia que funciona.
Para amigos del cine que transmite sensaciones.
Para espectadores que confían en lo que son capaces de ofrecer las historia mínimas y amables.
Para aquellos que rechazan los extremos.
Puntuación Dcine: 8
Desde China hemos podido degustar una historia premiada en Berlín con el Premio al mejor guión, el director chino Wang Quan Ann nos trae su última obra de título APART TOGETHER.
Tras cincuenta años de la creación de la República Popular de China y la fundación de la República en la isla de Taiwán, a un grupo de antiguos soldados se les conceden el permiso de viajar, de Taiwán a China, para reunirse con sus familiares que dejaron atrás hace tanto tiempo. Como consecuencia de esta medida, la tranquila vida de una familia de Shanghai sufre una inesperada sorpresa cuando, tras medio siglo, reaparece el hombre que abandonó a la mujer estando embarazada del hijo mayor de dicha familia, contando la historia de por qué desapareció sin dejar rastro…
Una familia, un «extraño», una ciudad, unos recuerdos, y una propuesta arriesgada, estos elementos conforman esta propuesta venida de oriente.
Al igual que la mayor parte de directores asiáticos asiduos a los festivales, Wang crea un estudio del estilo de vida chino, de sus ancestrales normas, su carácter, de su forma de entender la vida, de sus costumbres. Nada nuevo en el horizonte, pero no es necesario que nos sorprendan, no la esperamos, estamos seguros que, con iguales o parecidos mimbres, lo que veamos en la gran pantalla hará que corazón y rostro desprendan una gratificante sonrisa.
Para amantes del cine sosegado (que no lento ni contemplativo), del cine de sentimientos, del cine hecho con el alma.
Para aquellos que anteponen un buen texto a cualquier elemento estético o formal.
Para seguidores del cine amable.
Puntuación Dcine: 7,5
Firmado por: «Reverendo» Harry Powell